Comer saludable nunca fue tan fácil, rápido y delicioso.
Los snacks bajos en calorías son ideales para esos momentos en los que necesitas una dosis extra de energía o simplemente quieres darte un gusto sin excederte. Elegir snacks adecuados puede marcar la diferencia entre mantener tus objetivos de salud o consumir calorías vacías.
La rutina diaria no siempre te da tiempo para cocinar saludablemente o sentarte en un restaurante a consumir alimentos balanceados. Es por lo que los snacks saludables llegan a ser una solución rápida y versátil para cualquier lugar y momento. A continuación, te presentamos nuestras mejores opciones:
TOP 10 SNACKS BAJOS EN CALORÍAS
Aunque no lo parezca, la oferta de snacks bajos en calorías es amplia y muy variada, por encima de aperitivos que, pese a sus altos niveles de azúcares añadidos, grasas saturadas o edulcorantes, son altamente consumidos. Si no se te ocurre ningún snack saludable acá te dejamos 10 de ellos:
Crispetas ligeras: prepara crispetas en casa usando muy poco aceite y sin mantequilla. Condiméntalas con especias como paprika o hierbas italianas para un toque especial. Una taza tiene aproximadamente 30 calorías. Si buscas un sabor dulce, prueba agregar un poco de canela y edulcorante en polvo.
Yogurt griego con frutas: el yogurt griego bajo en grasa combinado con frutas frescas como fresas o kiwi es una opción rápida y satisfactoria. Agrega una pizca de canela o semillas de chía para intensificar el sabor y aportar un extra de fibra. Este snack también puede transformarse en un postre congelado para los días calurosos.
Hummus con bastones de vegetales: acompaña hummus casero con zanahorias, apio o pimientos. Es una excelente fuente de fibra y proteínas. Para darle un giro diferente, agrega especias como comino al hummus. Este snack también puede servirse con galletas integrales para mayor variedad.
Chips de kale al horno: lava y seca las hojas de kale, condiméntalas con sal y un poco de aceite de oliva; hornéalas hasta que queden crujientes. Cada porción aporta solo unas 50 calorías. Puedes experimentar con diferentes sabores, como ajo en polvo o levadura nutricional, para una opción "quesosa" sin lácteos.
Frutos secos en porciones controladas: un pequeño puñado de almendras o nueces es perfecto para calmar el hambre y obtener nutrientes esenciales. Limítate a 15-20 gramos por snack. Combina frutos secos con arándanos deshidratados o trozos de chocolate negro para una opción más indulgente
Ensalada de frutas frescas: combina frutas de bajo índice glucémico como manzana, pera y arándanos. Un toque de jugo de limón potencia los sabores y evita que las frutas se oxiden. Agrega un poco de menta fresca picada para un aroma refrescante o un puñado de granola baja en azúcar para dar textura.
Rollitos de pechuga de pavo: envuelve tiras de pepino o pimiento en pechuga de pavo baja en sodio. Un bocado delicioso y bajo en calorías. Para hacerlo más especial, incluye una capa de queso crema bajo en grasa o mostaza dijon.
Gelatina baja en azúcar: fácil de preparar y disponible en muchos sabores, la gelatina light es refrescante y casi no aporta calorías. Puedes agregar frutas como trozos de fresa o mandarina para darle una textura interesante y más nutrientes.
Queso cottage con tomate cherry: el queso cottage es bajo en grasa y alto en proteína. Combínalo con tomates cherry para un balance perfecto. También puedes agregar albahaca fresca y un chorrito de vinagre balsámico para un toque gourmet.
Huevos duros: un huevo duro contiene alrededor de 70 calorías, es práctico y lleno de nutrientes esenciales. Espolvorea un poco de pimienta, pimentón dulce o hierbas frescas para realzar su sabor. Si buscas algo más elaborado, prepara mitades rellenas con hummus o aguacate.
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VARIACIONES Y TIPS PARA PREPARAR SNACKS SALUDABLES
Si bien los snacks son preparaciones rápidas, también implican cierto tiempo para cocinarse, y más si se tratan de alimentos saludables que suelen ser monótonos y poco atractivos. Por esto, acá te dejamos algunos tips para preparar snacks saludables:
Incrementa la fibra: incorpora alimentos como semillas de chía, linaza o avena a tus snacks. Estos ingredientes te ayudarán a sentirte satisfecho por más tiempo, mejorarán tu digestión y aportarán beneficios a tu salud cardiovascular.
Reduce el sodio: elige versiones sin sal o con bajo contenido de sodio para evitar la retención de líquidos. Leer las etiquetas nutricionales es clave para identificar productos realmente saludables.
Personaliza los sabores: agrega especias o hierbas frescas a tus snacks para darles un toque especial sin aumentar las calorías. Por ejemplo, prueba la combinación de pimentón ahumado y ajo en polvo en crispetas o chips de vegetales.
Elige alimentos frescos: opta por productos naturales y evita aquellos ultraprocesados que suelen contener calorías ocultas. Preparar tus propios snacks te permite controlar los ingredientes y garantizar su calidad.
Planifica tus snacks: dedica un tiempo a la semana para preparar y almacenar tus snacks en porciones individuales. Esto te ayudará a evitar elecciones poco saludables en momentos de prisa.
Snacks bajos en calorías: alimentación rápida, versátil y nutriva
Etiqueta P: Incorporar snacks bajos en calorías a tu rutina diaria no solo es sencillo, sino también delicioso y efectivo para mantener un estilo de vida saludable. Desde opciones saladas hasta dulces, hay algo para cada gusto. ¡Prueba estas ideas, experimenta con ingredientes y dale a tu dieta un giro saludable! Recuerda que la clave está en la moderación, la creatividad y la planificación.
Para que te termines de convencer, estos son 10 puntos clave de esta clase de snacks:
Bajo contenido calórico: ayudan a mantener un balance energético adecuado sin exceder el consumo diario recomendado.
Altos en nutrientes: ofrecen vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales para la salud.
Ricos en fibra: promueven una buena digestión y brindan una mayor sensación de saciedad.
Fuente de energía sostenida: proveen energía de liberación lenta, ideal para mantener la actividad física y mental durante el día.
Bajos en grasas no saludables: reducen el consumo de grasas saturadas y trans, favoreciendo la salud cardiovascular.
Sin azúcares añadidos: ayudan a evitar picos de glucosa y contribuyen a la salud metabólica.
Fáciles de preparar: son rápidos y prácticos, perfectos para quienes tienen poco tiempo.
Variedad de sabores: desde dulces hasta salados, ofrecen opciones para todos los gustos sin comprometer la calidad nutricional.
Versatilidad: se pueden personalizar con diferentes ingredientes para adaptarse a preferencias y necesidades específicas.
Amigables con dietas especiales: muchos son aptos para vegetarianos, veganos, o personas con intolerancias alimenticias.
Fuentes: